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Las operaciones de cobertura

La mayoría de las personas asocia los mercados financieros a la especulación y al riesgo, por lo que lo situamos como un mercado alejado de la actividad de cualquier pyme de carácter industrial o de servicios no dedicada al sector financiero. Sin embargo, se pueden aprovechar los movimientos de estos mercados para reducir ciertos riesgos no controlados por las empresas.

Lo cierto es que existen otras formas de aprovechar los mercados financieros y de derivados, no con la intención especulativa de ganar dinero y generar rentabilidad, si no de cubrir un determinado riesgo que surge del desarrollo de nuestra actividad, y que a lo largo de todo el año va generando unos gastos que se acumulan y que pueden perjudicar de manera muy importante tanto nuestro beneficio como nuestra solvencia, y sé que resulta extraño y contradictorio recurrir al mercado especulativo para reducir el riesgo, pero eso es así con las denominadas operaciones de cobertura. La diferencia entre especulación y cobertura, queda reflejada en la siguiente frase: El operador de cobertura renuncia a una cierta oportunidad a cambio de un riesgo reducido. En cambio el especulador adquiere una oportunidad a cambio de aceptar un riesgo.”

Entrando en materia, una operación de cobertura se puede definir como la operación que compra o vende un determinado activo que está directamente relacionado con el activo que provoca el riesgo que queremos cubrir en nuestra actividad. Por ejemplo, para el desarrollo de nuestra actividad, compramos mercancías o materias primas en el extranjero, supongamos que en Estados Unidos, y por tanto, la factura que nos envían vendrá en dólares, por lo que a nivel contable tendremos que aplicar el tipo de cambio en el que cotizaba la divisa Euro/dólar en la fecha de la factura, y contabilizarla por el importe en Euros. Ahora bien, cuando se proceda al pago de dicha factura, tendremos que satisfacer la deuda por el importe en dólares, por lo que habrá que aplicar el tipo de cambio en la fecha en la que se paga, y por tanto el valor de la divisa habrá cambiado, produciéndose una diferencia de cambio. En el caso de que la divisa haya aumentado su valor, traspasado a euros, tendremos que pagar más del importe que teníamos contabilizado, generando así, una pérdida.

La operación de cobertura, viene a reducir ese riesgo ajeno a la actividad de la empresa, invirtiendo en los mercados financieros comprando divisas, de tal manera que si el precio sube tendríamos una ganancia al vender el activo, que contrarrestaría la pérdida obtenida al tener que pagar más al proveedor por el incremento del tipo de cambio. Sucedería al contario si somos nosotros lo que vendemos en dólares, la diferencia es que ahora nuestro riesgo es que se produzca un descenso en el tipo de cambio, por lo que ingresaríamos menos dinero del que tenemos contabilizado, y en este caso tendríamos que hacer lo que se denomina una operación en corto, que no es más que hacer un contrato de venta del activo subyacente (la divisa), por la que nos obligamos a comprar una cierta cantidad de la divisa en un determinado plazo, y si el precio baja, obtenemos un beneficio ya que compramos (salida de dinero) más barato que lo que vendimos (entrada de dinero) y compensaría la pérdida obtenida por ingresar menos de la factura del cliente ante una disminución del tipo de cambio.

Existen muchos productos financieros para cubrirse de un determinado riesgo, como pueden ser los derivados, los contratos de futuros, los forward y los swaps entre otros, y estos pueden ser tantos privados entre varias empresas, o también se puede acudir directamente a los mercados oficiales de cotización.

En este punto permitidme una recomendación, ya que como habréis deducido, existe la opción de que salgamos beneficiados de la variación del precio de un determinado activo, y que sea en la operación de cobertura donde obtengamos las pérdidas en caso de que la llevemos a cabo. En estos casos, sería conveniente si nos vamos a lanzar al mundo de las operaciones de cobertura, tener una posición proactiva, donde no solo realicemos operaciones para “quedarnos como estamos”, si no analizar el mercado en el queremos operar y hacer un pronóstico de la evolución de dicho activo, y así determinar que si una operación comercial nos puede beneficiar, podemos decidir no realizar la operación de cobertura, dicho con otras palabras, realizar las operaciones de cobertura cuando realmente tengamos un riesgo mayor y más evidente, ya sea por la circunstancias del mercado, la economía, o incluso el importe de las transacciones que realicemos, así como teniendo en cuenta el riesgo que estamos dispuesto asumir.

Podemos concluir que las operaciones de cobertura son alternativas interesantes, y en cierto modo desconocidas por las empresas, de acercarnos a los mercados financieros sin el riesgo que asumimos en la especulación.

 

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